martes, 14 de julio de 2009

“DIAGNÓSTICO Y PROPUESTAS PARA UN DESARROLLO ESTRATÉGICO DE LA INDUSTRIA DE BIENES DE CAPITAL EN LA ARGENTINA”

Contenido:

I. Prólogo

II. Resumen ejecutivo (Reproducidos abajo, pág. 1 a 7, de 80)

Documentos elaborados

1) Industria y Desarrollo: Aportes para una necesaria
discusión política e ideológica en la argentina.

2) La industria argentina de bienes de capital: una
mirada de mediano plazo.

3) Crisis internacional y alternativas de
reindustrialización en argentina: notas para la
discusión pública y política.

4) Plan de acción para el sector de bienes de capital
fundamentos para el manual de fomento industrial.

5) Conclusiones y Síntesis
Trabajo realizado en el marco del Programa de Desarrollo y Fomento de
Cámaras Regionales y Sectoriales Metalúrgicas financiado por ADIMRA –
Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina

2

Prólogo

La búsqueda de un incesante desarrollo económico social se enlaza con el
afianzamiento de la soberanía científico tecnológica y, para ello resulta
ineludible la intensificación y profundización de las capacidades locales para
la producción de bienes de capital, que son los bienes que se aplican a un
proceso productivo, permitiendo producir otros bienes, servicios o riqueza y
que no se extinguen con el uso.

Las industrias de bienes de capital – fábricas de fábricas- constituyen un
sector económico de relevancia estratégica, ya que su elevada densidad
tecnológica y sus variados encadenamientos productivos son determinantes
en los procesos de industrialización de carácter nacional.

La experiencia de otras naciones industrializadas tanto en tiempos remotos o
más cercanos, muestra que el fortalecimiento este sector permite extender
las posibilidades de avance científico tecnológico incesante de un país.
La producción nacional de bienes de capital permite acumular los
conocimientos de una gran multiplicidad de procesos productivos
incorporándolos luego a sus propios productos; atesorando los
conocimientos adquiridos para aplicarlos en procesos muy distintos. Esta
acción enriquece la cultura tecnológica nacional, generando soberanía
tecnológica.

La producción nacional de bienes de capital desempeña un rol irremplazable
en la optimización de recursos y materias primas frente a la incorporación de
tecnología importada.

El fabricante nacional, junto a sus técnicos, ingenieros, científicos y obreros
dominan no solo los aspectos técnicos de la fabricación del bien en sí mismo,
sino que también se especializan en el dominio de los procesos industriales
aguas arriba y abajo, lo que les permite un mayor dominio técnico de su
actividad y la posibilidad de impulsar la difusión de tecnologías en
condiciones ajustadas a las necesidades del país.

Todas estas ventajas se pierden frente a la transferencia de tecnología a
través de equipos importados. En este caso opera la disociación ente el
“saber como” (vinculado al uso de una tecnología) y el “saber porque”
(vinculado a la creación de una tecnología).

Esta disgregación determina que quien transfiere (la empresa extranjera)
restringe los usos y la difusión de la tecnología. Adquirir el “saber como” de
un proceso tecnológico sólo implica un proceso limitado de aprendizaje, con
un bajo desarrollo de actividades de investigación e ingeniería nacional.

3
Es necesario enfatizarlo, la compra de tecnología no involucra el dominio de
la misma; el proceso creativo, es decir el desarrollo del “saber porque” es el
único que asegura el dominio tecnológico, y para ello se requiere que la
investigación, la ingeniería y la fabricación estén en manos de industrias
nacionales.

Cuanto más desarrollada esté la industria nacional de bienes de capital,
mayor será el conocimiento atesorado sobre productos, procesos, recursos
naturales y energéticos disponibles, y esto redundará en mejoras de
competitividad de toda el aparato productivo.

Todo esto además, realizado con una estructura del empleo orientada a
mayores calificaciones y cualidades técnicas, favoreciendo un desarrollo
social más equilibrado.

Ante el elevado grado de competitividad tecnológica promovido a nivel
internacional que induce un cambio acelerado en los productos y procesos
industriales de bienes de consumo y primarios, la debilidad de una industria
de Bienes de Capital nacional, condena a la Argentina hacia una mayor
primarización de su economía.

La situación no puede estabilizarse. O se avanza hacia el fortalecimiento del
entramado productivo nacional o se cae hacia la producción de materias
primas levemente elaboradas

Si no se apuesta a una fuerte industria nacional de bienes de capital, aún la
producción de bienes de consumo será definida y diseñada en otro lugares,
condenándonos al atraso que significa ser solamente proveedor de
comodities.

Los bienes de capital definen la diferenciación competitiva de los países.
Para ser proveedor confiable de materias primas levemente elaboradas
alcanza con importar bienes de capital. Si al contrario se piensa en una
nación que albergue dignamente a sus 40 millones de habitantes, el
fortalecimiento de la industria de Bienes de Capital nacional es
imprescindible.

Estos son los ejes que han inspirado el trabajo que ponemos a disposición
del lector en las siguientes páginas.

4
Resumen Ejecutivo

Se considera necesario contar con un sistema industrial integrado y,
asociado a ello, posibilitar la concepción y la propagación de ventajas
comparativas dinámicas, es decir aquellas construidas y reconstruidas
a lo largo del tiempo a través de una sostenida y dinámica
intervención estatal.

Estas ventajas se encuentran muy relacionadas con el progreso
científico y tecnológico, la innovación, la dinamización del sistema
nacional de innovación, la creación y el fortalecimiento de rubros
productivos que son considerados estratégicos en función de la
densidad del uso de tecnología, el valor agregado doméstico, los
mercados de demanda potenciales, los encadenamientos industriales,
la creación de empleo, el consumo racional de la energía y el
componente medioambiental, entre otros criterios selectivos.

Se observa en la Argentina la vigencia de un modelo asentado en la
teoría de las “ventajas comparativas estáticas”, basadas en la dotación
dada de factores o recursos con que cuentan las naciones (abundantes
materias primas y mano de obra barata, entre las más usuales dentro
de los países dependientes).

Como consecuencia de ello en las últimas décadas la industria
argentina ha venido retrocediendo en comparación con lo sucedido con
otros sectores de actividad, y se ha afianzado el déficit estructural del
tejido industrial argentino.

La vigencia de un “tipo de cambio real competitivo y estable” puede
ser un aliciente necesario para la expansión de las actividades fabriles,
pero es claramente insuficiente para revertir la dependencia
tecnológica y la vigencia de una matriz productiva que se sigue
caracterizando por su contenido trunco.

El desarrollo en el país de una industria de bienes de capital requiere
necesariamente la definición de una política selectiva que permita
poner en práctica una política de desarrollo hacia el sector, por sus
efectos en cuanto al ahorro de divisas, la integración del tejido
productivo, la difusión de progreso técnico y la reconstrucción de una
estructura económica basada en el desarrollo industrial con alto valor
agregado.

5
Entre el año 2001 y el 2007 el empleo directo en el sector se
incrementó casi un 55% (frente a un 24% del conjunto del sector
manufacturero argentino), lo que supone la generación directa de
aproximadamente 27 mil puestos de trabajo que vale enfatizar, son
empleos de alta calificación

El dinamismo del sector en lo que respecta a la creación de puestos de
trabajo se refleja también en el coeficiente de requerimiento de
empleo, que mide la cantidad de empleo generado por cada millón de
pesos de valor de producción. De acuerdo a las estimaciones
presentadas, en el año 2007 el sector generaba en promedio
2,12 veces más puestos de trabajo por millón de pesos
producido que el conjunto del sector manufacturero, reflejando
el carácter “mano de obra-intensivo” del sector.

A pesar del escenario macroeconómico favorable, la mayor producción
local de bienes de capital no alcanzó para cubrir una demanda en
aumento; de allí el creciente peso del componente importado en la
inversión total en el rubro maquinaria y equipo, como así también los
abultados déficits de comercio exterior que registró el sector. En 2007
casi un 60% del total invertido en el rubro maquinarias y equipos fue
importado, cifra mayor que la observada durante la década de 1990.

Para revertir estas tendencias estructurales desfavorables y a la vez
amplificar las ventajas que otorga un sector industrial nacional de
Bienes de Capital fuerte y consolidado son necesarias políticas activas
específicas

Algunos de los lineamientos sobre los que debería sostenerse una
política económica que avance en la resolución de las dificultades
evidenciadas por el sector de bienes de capital y que demanda la
elaboración de un plan consensuado con el Estado en el cual se
establezcan los pasos a dar, son las siguientes:

6
1. Impulso de la obra pública como motor de la economía en
general y de la demanda hacia el sector en particular,
garantizando el cumplimiento efectivo de las leyes de “compre
argentino” y de “contrate nacional”.

2. Modificación de la regresiva estructura tributaria actual,
incluyendo la eliminación o disminución de los impuestos sobre la
facturación (impuesto al cheque, ingresos brutos), simplificación
de la estructura tributaria para las pymes, otras reducciones
impositivas que permitan obtener una mejora en el tipo de
cambio real que percibe el sector, eliminar derechos de
exportación para determinados productos en función de su
incorporación de valor agregado, el impulso a una ley pyme de
reinversión de utilidades (para comprar o invertir con bienes
locales) y la unificación del IVA (pagado y cobrado) en el nivel de
la tasa general, evitando la generación sistémica de saldos a
favor del contribuyente de difícil recuperación y que impactan
sobre el capital de trabajo. Todo ello junto al combate contra el
empleo “en negro” redundará en un mejoramiento significativo
en la distribución del ingreso, con la consiguiente ampliación del
mercado interno.

3. Profunda modificación de la estructura arancelaria, en el marco
de una significativa redefinición del grado de apertura de la
economía y la industria locales.

4. Formulación e implementación de una política de afianzamiento
y/o de reconstrucción de ramas estratégicas de las diferentes
cadenas productivas doméstica. Impulso de la producción
nacional de materias primas de fundamental importancia para el
desarrollo del sector.

5. Regulación efectiva de la relación gran empresa / pyme y del
desenvolvimiento de las grandes empresas extranjeras que
predominan en el sector manufacturero doméstico.

6. Incrementar de modo sostenido las exportaciones por parte de
las pymes industriales y sustituir importaciones por producción
nacional.

7. Promover relaciones laborales estables a lo largo del tiempo,
actuando el Estado como mediador.

8. Fomentar la recuperación nacional de la capacidad científica y
tecnológica.

9. Creación de un Banco de Desarrollo Productivo e Industrial que
financie a largo plazo y con tasas adecuadas la actividad.

7
---------------------------------------------------------------------------------------------------

Serie “Diagnóstico y propuestas para un desarrollo estratégico de la

industria de bienes de capital en la Argentina”

Documento Nro. 1:

INDUSTRIA Y DESARROLLO:

APORTES PARA UNA NECESARIA DISCUSIÓN

POLÍTICA E IDEOLÓGICA EN LA ARGENTINA

(Sigue, hasta página 80, corto acá para no enviar material tan pesado, ya que contiene tablas y gráficos. Al que le interese, por favor, solicitarlo a mi: bcapra@fibertel.com.ar o directamente a Cipibic: ( Cámara de Industriales de Proyectos e Ingeniería de Bienes de Capital de la R.A.) info@cipibicargentina.org.ar )

No hay comentarios: